CH’I’IBALIL, LÁAK’TSILIL*

 

 

 

En una de las noches más oscuras de su existencia, Utiúu -el Coyote-  decidió con hermosos cantos promulgar a los siete puntos cardinales el primer y último nacimiento de su estirpe. Trepó el montículo con mayor altura, y desde el risco Kat -la Arcilla- emprendió la tarea. 

 

Uj -la Luna-  descendió hasta la tierra para dar oídos a tan misterioso canturreo. Pero al entretenerse entre los bosques, se enredó con el follaje.  

 

Utiúu la libertó y durante toda la noche, Uj y Utiúu compartieron historias, juegos y diversión divisando la disposición de este nuevo universo desde el montículo Kat.

 

Uj se enamoró del espíritu de Utiúu y en un ataque de ingratitud se llevó su sombra para inmortalizar por siempre la noche que estuvieron juntos. Desde entonces Utiúu aúlla a Uj pidiendo con feroz y melancólico bramido que le devuelva su sombra.

 

De las nuevas mitologías.